Yo tuve un sueño, que no era un sueño.


El luminoso sol se había extinguido y las estrellas vagaban a oscuras en el espacio. Sin luz y sin rumbo, la helada tierra oscilabba ciega y negra en el cielo sin luna. Llegó el alba y se fue. Y llegó de nuevo, sin traer el día.

Al «hoyo»


Una noche la celda se abrió y un punzón atravesó el colchón dónde un segundo antes estaba mi corazón. Le fracturé clavícula y rodilla.