Yo se bien que estoy afuera
Y al fin Lilith le dió la espalda, su sudor reflejaba el rojo amacer o era algo más de Adán? Mientras él, aún sollozaba, desangrándose desde subspace; su fuerza vital la extrañaba, prediciendo así las palabras que nunca escucharía de ella, pero que serían su pesadilla.
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