De pronto unos cuernos rojo violeta se condensaron de esa nube. Ahora sí éramos hermanos de verdad. Tomó dos copas más y se repuso.

Mi madre igual murió y la aureola de mi hermano explotó en una nube roja. Lo fui a buscar a un bar. – Fue tu culpa. – No, fue la de Él.

– Cómo la curaste? Era imposible, mi maestra lo confirmó! Su aureola era una tormenta de colores. – Tu maestra no sabe todo.

Mi madre enfermó de cáncer y mi hermano no la pudo curar. Entonces le vi llorar de rabia y su aureola destelló un rojo furioso.

Si somos tan opuestos qué podía hacer yo? Tomé un pajarito y con imposición de manos le quité la vida mientras destellaban mis cuernos.

Él práctica reiki y cura a los enfermos, pero cree que es un tipo de energía universal. Yo le veo brillar la aureola y veo la mano de ÉL.

La primera vez que vi mis cuernos me asusté, eran de un fulgor rojo intenso, pero cuando vi su aureola blanco radiante, tuve náuseas.

Quice saber por qué éramos tan diferentes. La bruja cuando me vio lo supo, cuando la vi lo supe. – Vete diablo! – Dame la visión.

Mi hermano es de los otros, tiene la pelá. Siempre disfruté viendole perder cuando bebíamos, yo 3 botellas de whisky y él ni un vaso.

Mi poder es saber la verdad, ahora vivo más allá del bien y el mal. Mi frente me dice lo que seré al morir, sin importar lo que haga.

Los otros, no pueden fumar ni tomar pues se enferman, pero son inmunes al resto de las enfermedades. Lo normal es ignorar todo esto.

Una vez somos humanos hasta que morimos, así somos más efectivos. Los demonios podemos tomar y fumar en exceso, no sufrimos de cáncer.

Sobre la Tierra habemos ángeles y demonios. Los demonios nos distinguimos por las entradas tipo cuernos y los otros por la pelá de abate.