Un heredero para Agartha


Los espejos de los tubos exteriores ya no reflejaban la luz día, al fin era de noche.
La luminicencia no permite ver los cambios por eso Saint Germain los miraba antes de partir, sería mejor pasar la noche en la ciudad imperio.
Regresó sobre sus pasos y fue directo a la que fuera su habitación en el castillo. Estaba todo igual que hacía trece años atrás.
Se iba a acostar cuando llamaron a la puerta. Era Filomena, la hija del emperador.
– Pero pequeña, qué haces aquí?
– Conde, dichosa de verlo otra vez. Por usted no pasan los años.
Ella cerró la puerta tras de sí. Ahora ya no se veía como una adolescente, era toda una mujer.
– Qué haces aquí, ya es tarde.
– Sí, pero no para todo. Casí te fuiste hoy. Así que es ahora o nunca.
Se apegó a él y subió su mirada hasta sus ojos. El le acarició el rostro con ternura, pero ella atrapó su mano y la besó.
– Qué pasa?
– No es obvio? Ya soy una mujer y quiero un hombre de verdad.
– Pero.
– Pero nada.
Sin más lo besó en los labios y se apretó a él. Fueron segundos eternos hasta que los besos se convirtieron en apasionadas caricias que fueron desvistiendo a ambos.
No fue la noche que esperaba el huesped, fue mucho mejor.
En algún momento de la noche ella se desvaneció entre las sombras. Mejor, no hubo despedidas.
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Acompañado de un guardia, escoltado en realidad, llegó hasta su vimana.
– Guardia! Deme su espada.
– Señor, no puedo.
– Casi no queda mercurio, sin eso la vimana no funcionará y el Emperador se molestará mucho, ya estoy atrasado.
El guardia titubeó pero al final le pasó su espada de oro.
Saint Germain juntó la piedra filosofal a la espada y esta comenzó a destilar mercurio. Fue suficiente todo el destilado del filo.
– Supongo que este mango ya no le será útil así que le daré un mejor uso allá afuera. Adios.

Mientras tanto, el Emperador acompañado de su primer general contemplaba la escena desde la Torre.
– Hasta cuando le permitiremos tantas licencias al Conde.
– Paciencia; hasta que deje de ser útil. Hoy lo necesitamos más que nunca. No podemos dejar que ese Steampunk nos encuentre, debemos boicotearlo y para eso servirá el Conde. El plan temporal debe volver a estar en línea y entonces te podrás encargar de él.
– Sus palabras son sabias, Sublime y Serenísimo Emperador.